Kudelka busca saldar viejas cuentas con Huracán en esta final
En su tercer ciclo, quiere conquistar los objetivos que no pudo en el pasado. Acostumbrado a sembrar, quiere disfrutar su propia cosecha.
Más de 500 partidos dirigidos en ya casi 30 años de recorrido como entrenador lleva Frank Darío Kudelka. A sus 64 años, es conocido fuera de las canchas por lo medido que es a la hora de declarar. Eso no le impidió, post triunfo 1-0 sobre Corinthians soltarse para contar lo que siente:“No tengo la culpa de los 52 años sin ligas, no lo pienso. Voy a tratar de ser campeón ahora. Dirigí en todas las categorías y tengo una gran oportunidad de coronar el domingo”. Su recorrido por el Torneo Argentino B y el Federal A, más la B Nacional, hizo que se curtiera. Originalmente preparador físico y sin historia como futbolista profesional, empezó a dirigir a juveniles. Y si bien ya en algún interinato en Unión a principios de los 2000 había tenido roce de Primera División, recién en la última década se instaló en la máxima categoría, que le permitió también tener una aventura por el fútbol trasandino en Universidad de Chile. Pero siempre merodeó en su cabeza y currículum aquel primer paso por Huracán entre 2013 y 2014 que le permitió un crecimiento que pudo plasmar con el pujante Talleres al que le dio dos ascensos.
Con el Globo quedó en la puerta de la Copa Argentina que a posteriori sería el primer título del club tras 41 años, ya que tuvo que irse con el equipo en semifinales porque los resultados no aparecían y peligraba la vuelta a Primera en el semestre de los 10 ascensos. Antes, claro, había soportado el polémico desempate ante Independiente tras una tremenda remontada quemera para llegar a esa instancia. Tiempo después, cambio de conducción de por medio en el club, volvió en 2021. Huracán ya estaba en Primera, pero en una situación apremiante en cuanto a los promedios. “Este club me da la posibilidad de ser feliz”, dijo en aquella segunda presentación y desde un primer momento hizo foco en ser protagonistas y a partir de ahí acomodarse en cuanto a la permanencia. No sin sobresaltos, pudo hacerlo. Estuvo en la mira cuando el equipo no terminaba de despegar y tuvo algunos entredichos con la prensa partidaria. Pero dejó atrás la problemática del descenso y quedó cerca de clasificar a la Copa Sudamericana 2022. En la siguiente temporada los objetivos ambiciosos tenían otro sustento; FDK planteaba que era momento de cosechar lo sembrado en medio de las dificultades. Sin embargo, la irregularidad en la Copa de la Liga 2022 y la explosión del vestuario lo dejó enfrentado a un símbolo como Patricio Toranzo por un reclamo de los jugadores antes de un partido clave: finalizada la competencia, se fueron los dos.
El compacto de la victoria de Huracán sobre Corinthians
Su vuelta en marzo del 2024 a Huracán causó sorpresa. “Volvió más tranquilo, con ganas de disfrutar”, coincidían dirigentes del club y auxiliares de La Quemita con los que había tenido algún cortocircuito que ahora causa gracia a la distancia. Si bien siempre tuvo un grado considerable de aceptación, el hecho de no tener identificación alguna con el club y los desajustes del segundo ciclo que tampoco resultaba tan lejano llevaban a que el propio FDK reconociera que no tenía previsto regresar. “No esperaba un tercer paso por Huracán. Soy tozudo, ja, demasiado a veces. Todas las veces que me tocó venir fue de mucha lucha, no solo por los promedios o la categoría, en todo sentido. Ahora el club está mucho más solidificado, ha mejorado en todo sentido, en cuanto a su infraestructura y tener un plantel propio y gente que se ha portado muy bien conmigo como personas, no sólo como dirigentes. Es un combo muy grande, no solo pasa por un buen contrato, un buen plantel o ser uno de los grandes del fútbol argentino”, explicó en diálogo con TyC Sports no bien asumió. Aquel reinicio indicaba de todas formas algo incuestionable señalado oportunamente desde este espacio: en Huracán existía una línea kudelkista que dio lugar a tres pasos de un entrenador en 10 años con el cual no había conexión previa o sentimental. De más está decir que ese núcleo se ha multiplicado.
Huracán tiene el gran desafío y a este punto responsabilidad, de conquistar su primera liga desde 1973 y alcanzar 14 títulos. Está en una etapa institucional y deportiva en la que solamente le falta ser campeón para dar el salto a un próximo nivel. Esta historia entre el Globo y Kudelka estuvo cerca de llegar a su punto cúlmine el año pasado con la semifinal de Copa Argentina o la Liga Profesional y le valió entrar a la actual Sudamericana en la que es una de las revelaciones indudablemente. No se pudo pero supo reinventarse para por fin encontrar estabilidad y no oscilar entre ilusión y angustia de un semestre para el otro. Ni la frustración de diciembre lo frenó. Arrasó en un grupo tremendo de Copa Sudamericana, con tal holgura que hasta cerró con victoria de sus suplentes frente a Corinthians. Se potenció y amenaza, envía una señala de alerta Huracán, reversionado por Kudelka que en vísperas de la final en Santiago del Estero se llevó una tremenda ovación del Palacio Ducó al que espera retribuirle con el ansiado campeonato.
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