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Súper secuela: River le quitó técnicos, presidentes, managers y capitanes a Boca

La salida de Gago es un eslabón más de la larga cadena de víctimas xeneizes tras una derrota en el clásico. Entre diferentes efectos, Riquelme se presentó como candidato a dirigente y desplazó al macrismo por un pedido familiar tras la final de la Libertadores 2018, en Madrid.

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Por Andrés Burgo
Claudio Borghi, Fernando Gago y Guillermo Barros Schelotto
Claudio Borghi, Fernando Gago y Guillermo Barros Schelotto son tres de los técnicos de Boca que se fueron tras perder con River.

Con Fernando Gago eyectado tras la derrota en el Monumental, los hinchas de River recordaron que Pintita estuvo lejos de ser el primer entrenador de Boca que pierde su cargo tras un superclásico. Las secuelas, sin embargo, exceden a los casos recordados en estas horas de Claudio Borghi, Guillermo Barros Schelotto y Diego Martínez, entre otros: también capitanes del equipo, managers y hasta presidentes fueron víctimas de un partido que suele aumentar la tasa de desempleo en el país. Incluso Juan Román Riquelme contó que se decidió a ser dirigente tras un pedido familiar originado en la caída de Boca por la Copa Libertadores 2018: su postulación terminaría con la istración macrista nacida en 1995.

Es cierto que, en más de un caso, el cambio de técnico terminó siendo beneficioso para Boca. Y que también hay ejemplos inversos, como la salida de Ramón Díaz tras un superclásico perdido por River en el verano de 2000. Pero, del equipo que sea, se trata de una decisión –la renuncia o el despido- que no se olvidará por décadas: el hincha rival lo vive como un doble triunfo. Tal como dijo Juan Simón en estas horas: “Los libros de fútbol te indican que al técnico no lo podés echar después de un clásico porque te marca”.

Intervención en Boca, noviembre de 1984: en medio de una severa crisis económica, los dirigentes informaron en el vestuario visitante del Monumental que el club pasaba a ser intervenido por la Justicia y el gobierno de Raúl Alfonsín. Minutos antes, River había arrasado 4-1 a juveniles del “xeneize” con goles de Enzo scoli y el Beto Alonso. “El glorioso Boca, desorientado, se humilla: aunque parezca increíble, el club cita a la prensa para comunicar la decisión en el vestuario visitante del Monumental después de una goleada", reconstruyó quien sería el interventor, Federico Polak. Con la Bombonera con pedido de remate y el plantel paralizado, la goleada fue el golpe final para un Boca que, es cierto, había decidido solicitar el auxilio judicial dos días antes, el viernes 9 de noviembre.

Cesar Luis Menotti

César Luis Menotti, diciembre de 1994. El técnico campeón del mundo en 1978 dejó su cargo tras una derrota humillante, 0-3 como local con goles de Ariel Ortega, Enzo scoli y Marcelo Gallardo. Su ciclo no daba para más: solo había ganado 18 partidos de 60 y el equipo naufragaba en mitad de tabla, a 15 puntos del líder, justamente River, que estuvo a punto dar la vuelta olímpica esa misma tarde en la Bombonera. Un rato antes, Lanús y San Lorenzo habían empatado 2 a 2: si Lanús hubiese hecho un gol más, River se habría consagrado campeón. Menotti, al menos, se salvó de ese golpe sin retorno. Previamente, en 1943, Oscar Tarrío había sido despedido tras una derrota 3-1 ante La Máquina en el Monumental. Sin embargo, la modificación sería positiva porque Boca terminaría campeón de ese año. En 1972, River eliminó a Boca en semifinales del Nacional y marcó el adiós de José Varacka.

Miguel Ángel Brindisi, noviembre de 2004. Tras una derrota 2 a 0 en el Monumental con goles de la Gata Fernández y Nelson Cuevas, el técnico de Boca renunció donde no se debe: en el vestuario visitante del Monumental. Había asumido a mitad de año pero perdió terreno tras la derrota ante Cienciano de Perú por la Recopa y una mala campaña en el Apertura. “Acabo de presentar mi renuncia irrevocable. Soy el único responsable y después de esta derrota considero que debo dejar mi puesto, dijo, aún en el estadio. A Boca, sin embargo, todavía le quedaba una vida: debía jugar los cuartos de final de vuelta de la Sudamericana, ante Cerro Porteño. Asumió Jorge el Chino Benítez como interino, Boca pasó de fase y se consagraría campeón.

Alfio Basile (y Bianchi como manager), enero de 2010. En Mar del Plata, River ganó 3-1 con goles del paraguayo Rodrigo Rojas, Rogelio Funes Mori (18 años) y Keko Villalba (17) y al día siguiente, molesto por no sentir respaldo dirigencial y abatido porque el equipo no le respondía, Basile renunció. Pocos días después, las esquirlas (indirectas) siguieron: ante la presión de los dirigentes para que Bianchi (que era director deportivo) asumiera como el sucesor del Coco, el Virrey también decidió irse y acentuó la crisis de Boca.

Alfio Basile (y Bianchi como manager)

Claudio Borghi, octubre de 2010. El Bichi sólo duró 14 partidos y dejó Boca tras una derrota 1-0 ante el equipo de Juan José López, el técnico que finalmente descendería con River. A diferencia de Brindisi, Borghi no anunció su salida en el vestuario del Monumental sino al otro día. “Vengo para comunicarles lo que todos saben. Ayer, después del partido, hemos tomado la decisión de ya no ser más los entrenadores de Boca”, dijo. Sigue siendo el ciclo más corto de un técnico de Boca desde entonces, seguido ahora por Gago, ambos terminados en el mismo lugar.

Guillermo Barros Schelotto (y la istración macrista), diciembre de 2018. Apenas terminó la final de la Copa ante River, en el Santiago Bernabéu, el Mellizo se cuidó de no hablar sobre su futuro. Sin embargo, ya estaba claro que no renovaría el contrato que terminaría a los pocos días. Su sucesor, en enero de 2019, sería Gustavo Alfaro. Sin embargo, las esquirlas de la derrota de Boca en Madrid también provocarían un terremoto político. Según contó Riquelme más de una vez, tras el triunfo de River, uno de sus hijos le pidió que comenzara a vincularse como dirigente: “Después de la final en Madrid, mi cabeza cambió porque mi hijo Agustín me pidió que vuelva al club".

Las elecciones serían en diciembre de 2019, pocos días después de otra derrota ante River, esta vez en la semifinal de la Copa Libertadores de ese año. “Le dije a mi hijo ‘voy a intentar volver al club’ y empezó a llorar. Tomé la decisión de acompañar a Jorge (Ameal). Entonces Agustín se levantó y me abrazó muy fuerte. Pocas veces me abraza así". Como Román como cabeza visible (aún en su carácter de vicepresidente), su lista ganó con holgura ante el candidato oficialista y terminó con 24 años de istración macrista nacida en 1995, primero con Mauricio Macri y finalmente con Daniel Angelici.

diego martinez boca
Rodrigo Valle/Getty Images

Diego Martínez, septiembre de 2024. Tras una derrota 1-0 ante un River con suplentes en la Bombonera, la única caída de local de su ciclo, el entrenador recibió una herida de muerte. Siguió un partido más, ante Belgrano, pero se le pareció mucho –o directamente fue- un artilugio para evitar hacer pasar a River como responsable de su salida. También entró en desgracia su arquero y segundo capitán, Serigo Romero, que agredió a plateistas que lo insultaban. A los pocos días, el arquero fue sancionado. “Boca quiere informar que, con motivo de los hechos acontecidos al finalizar el partido, se ha tomado la decisión de que nuestro jugador Sergio Romero no será convocado para los dos próximos partidos, informó la dirigencia. Chiquito ya perdería el puesto y la cinta.

Fernando Gago, abril de 2025. El ciclo de Pintita, es cierto, ya había sobrevivido de milagro a la insólita derrota ante Alianza Lima, de Perú, el equipo de Pipo Gorosito, referente de River. Su decisión de poner cinco defensores, de espaldas a lo que pretendía el Consejo de Fútbol, y la derrota ante River terminaron de marcar su final. Sólo duró 30 partidos e insólitamente terminó invicto como local y puntero en su zona, pero fue -como tantos otros- echado tras un partido con River, convertido en un "mata técnicos" de los clásicos. Y no sólo de técnicos.

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