Domínguez, entre la grandeza de ser campeón y rifar prestigio en Estudiantes
Un mercado de pases con mucho nombre y poco rendimiento, malos resultados y actitud que no se corresponde con la exigencia. El preocupante presente del Pincha.
Estudiantes terminó clasificándose a los octavos de final del Apertura por la ventana. Que, a fin de cuentas, no tiene nada de malo e incluso hasta podría reflejar lo mal que hizo las cosas el resto, que no pudo superar a un equipo que sacó 3 puntos de 24. Sin embargo, el equipo de Domínguez volvió a morder el fleje. Un 0-4 como el que sufrió contra Argentinos nunca es gratis.
El Pincha viene a los tumbos, es cierto. De hecho, no gana desde el 1 de marzo, cuando dio en el golpe en el mismísimo Monumental ante River. A excepción de los dos juegos de Copa Libertadores, en los que tampoco se impuso con creces, no pudo vencer a rivales a veces menores. Y viene mostrando una versión muy deslucida de aquellos equipos que supieron gritar campeón por triplicado. Con el agravante de que esta es la primera vez que en un mercado de pases no le desarman el equipo y tiene que volver a conformar uno nuevo. Eso expone aun más lo bajo y lo mal que anda Estudiantes.
Pero la historia ya tiene un tiempo. En la Copa Libertadores pasada, el Pincha quedó eliminado por ser cuarto y último de su grupo. Ni siquiera pudo bajar a la Sudaméricana porque para eso debía al menos ser tercero. Fue un claro ejemplo de cómo rifar prestigio, vapuleado por un Huachipato de nula historia.
Esta vez, va por la misma línea. No ganar durante más de dos meses, ser totalmente superado por Argentinos Juniors desde el inicio del partido, la goleada final, no son las formas de representar a semejante institución. Porque perder es uno de los tres resultados posibles, pero la forma no fue la mínima exigible.
Más allá de haberse clasificado a los octavos, que era en definitiva el objetivo, el plantel evidencia una falta notable de respuestas teniendo en cuenta la jerarquía de varios de sus apellidos. Y tras el partido en La Paternal, tuvieron que salir a pedir disculpas por el papelón.
Es la segunda vez en el extenso y enorme ciclo de Domínguez que esto sucede. Casi con un año de diferencia desde aquella última vez en la que rifaron prestigio. Acentuado, insisto, por el presunto potencial de algunos apellidos rutilantes que llegaron a principio de año.
Eduardo Domínguez negó pensar en dar un paso al costado en Estudiantes tras la dura goleada a manos de Argentinos
Habría que asumir que el error estuvo en el mercado de pases. Apenas una versión mínima de Lucas Alario y Facundo Farias, poquísimo de Funes Mori mientras Chistan Medina se recupera de meses de correr alrededor de una cancha en Boca, castigado.
Este tipo de mercado expone al equipo, que además no jugó con la actitud mínima que exige su historia. Los episodios repetidos en los últimos meses, hacen que el gran ciclo de Domínguez empiece a tirar por la borda lo bueno que se había conseguido, con un punto máximo en La Paternal. A tiro de todas las competencias, ahora deberá evidenciar otras formas. Porque no hay dudas de que puede perder, sí, pero respetando lo que exige un club campeón del mundo.
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