Marcha atrás: la FIA flexibilizó la medida que castigaba el comportamiento de los pilotos
Tras meses de tensión y quejas por castigos considerados desmedidos, el ente rector del automovilismo decidió suavizar el reglamento disciplinario.

En apenas cuatro meses, la Federación Internacional del Automóvil (FIA) dio marcha atrás con una medida que despertó polémica entre los corredores y tiene que ver con las duras sanciones económicas que habían empezado a implementar a quienes hicieran gestos inapropiados o insultaran. La decisión se tomó en respuesta a los reclamos de los equipos y de una revisión encabezada por el presidente del organismo, Mohammed Ben Sulayem, y se oficializó justo en la semana del Gran Premio de Imola, en el que hará su reaparición Franco Colapinto en la Fórmula 1.
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El nuevo esquema establece una disminución del 50% en la multa base, que ahora tendrá un tope de 5.000 euros. En campeonatos como la Fórmula 1, donde los castigos eran más severos por un factor multiplicador, la caída será aún más marcada. Así, las cifras que antes escalaban a 40.000 euros bajarán de forma considerable, aliviando el bolsillo de los protagonistas.
Uno de los puntos clave de la actualización es que los comisarios podrán evaluar el contexto en el que se producen los comentarios. Ya no se juzgarán de igual manera las palabras dichas en plena competencia —bajo la presión de la velocidad y el desgaste emocional— que aquellas pronunciadas en espacios formales como conferencias o entrevistas oficiales.
Este viraje reglamentario se da tras un fuerte malestar expresado por el sindicato de pilotos de la Fórmula 1 a fines de 2024, cuando los pilotos cuestionaron tanto la magnitud de las multas como la transparencia en el destino del dinero recaudado. Casos como el de Charles Leclerc en México y Max Verstappen en Singapur generaron un quiebre, que se profundizó con el endurecimiento que aplicó la FIA en enero pasado.
Con este nuevo enfoque, la entidad busca descomprimir el clima de tensión con los pilotos y recuperar un diálogo que permita resolver diferencias sin escalar a conflictos reglamentarios. La medida, en definitiva, apunta a preservar la competitividad sin restringir las emociones propias del deporte. Los principales puntos a tener en cuenta son:
- Reducción del 50% en las multas base: de 10.000 a 5.000 euros.
- Menores sanciones en campeonatos con multiplicadores altos, como la F1.
- Diferenciación entre contextos controlados (prensa) y no controlados (competencia).
- Se elimina la amenaza de sanciones deportivas, como quita de puntos o suspensiones (esto no fue explícito en el nuevo comunicado, pero es un giro respecto a lo planteado en enero).
- La revisión fue ordenada por el presidente de la FIA, con foco en contemplar el factor emocional de los pilotos.
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