River recupera señales antes de Boca: eficacia y espíritu
Por primera vez en 2025, el equipo de Gallardo mostró contundencia ante Gimnasia y reacción anímica contra Independiente del Valle, justo en la antesala del clásico, aunque el 2-2 en Quito no tapa un pésimo primer tiempo.
A la espera de un equipo que imponga condiciones de juego desde el fútbol, River va recuperando señales puntuales y positivas, justo cuando el primer semestre ingresa en su etapa decisiva. Si contra Gimnasia había rescatado la eficacia ausente en 2025, en Ecuador mostró el espíritu carente durante el inicio del año. Y, una cualidad no menor, también contó con los tan necesarios guiños del azar. Al fin, luego de un trimestre en versión unplugged, el equipo de Marcelo Gallardo volvió a emocionar como en sus buenas épocas, justo en la antesala del superclásico.
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Con el partido 0-2, Independiente del Valle tuvo dos remates en los palos que hicieron recordar otro milagro de Copa, el de 2015 ante Tigres en la quinta fecha de la primera ronda, cuando River parecía quedar eliminado y de la nada rescató un empate 2-2 de visitante, aquella vez en Monterrey.
Es cierto que, diez años después, la situación no era tan dramática. Pero igual River se encaminaba, tras un desastroso primer tiempo, a una derrota que lo dejaba como un equilibrista sin red de protecciónpara el resto de la primera fase de la Copa, el superclásico y la zona de definiciones del Apertura.
River pasó de una versión habitual de los años 90 en la Copa durante el primer tiempo a un River de Gallardo en el segundo. Los 45 minutos iniciales fueron de un equipo de papel, frágil en defensa, perdido en el mediocampo y sin peso en ofensiva, con alarmantes -pero ya no sorpresivas- actuaciones individuales exasperadamente bajas.
Gallardo, sobre los cambios de River ante Independiente del Valle
En el complemento, a Gallardo le funcionaron los cambios como si lo mejor de su repertorio empiece a estar de regreso: en el podio de Ecuador quedaron tres de los ingresantes, Giuliano Galoppo, Nacho Fernández y Manuel Lanzini. Ahí no terminaron las buenas señales: Sebastián Driussi convirtió otro gol que vale por el empate pero también para su recuperación personal, ya reconciliado con la red.
Con una sola derrota en 19 partidos en 2025, River igual todavía está por debajo de lo esperado, pero en los últimos dos partidos empezó a mostrar guiños: contundencia, corazón y algo más. El 2-2 fue un empate de oro. Y de una palabra similar, con una letra más.
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